domingo, 28 de enero de 2007

Dios de mi Corazón, Dios de mi Comprensión

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Según Papus, “El Universo, concebido como un todo animado, está compuesto por tres principios, que son: la Naturaleza, el Hombre y Dios, o, para usar el lenguaje de los hermetistas, el Macrocosmos, el Microcosmos y el Arquetipo. Por lo mismo, Dios se encuentra en nosotros. Es allí, y no en una región situada más allá de las nubes, donde debemos buscarle y encontrarle."

Dios existe como Inteligencia absoluta, habiendo creado el Universo y todo lo que contiene -y el ser humano posee un alma que emana de Él. Dios se manifiesta en toda la Creación, a través de las leyes que debemos estudiar, comprender y respetar para nuestro más grande bienestar.

El ser humano es la criatura más evolucionada de las que viven en la Tierra, incluso si se comporta con frecuencia de una manera indigna con respecto a este estado. Si ocupa esta situación privilegiada, es porque posee conciencia de sí mismo y el libre albedrío, que entre otras cosas, le permite optar por su evolución o no.

En todo lo relacionado con la búsqueda de la causa de la existencia (la vida, la relación entre lo finito y lo infinito, entre lo interno y lo externo, etc.), las respuestas están -y siempre estarán- dentro de nosotros mismos, y lo único que tenemos que hacer, es escuchar (en realidad, aprender a escuchar) esa voz interna, esa manifestación de nuestra relación con Dios, que nos enseña a corregir nuestra manera de pensar y nos indica una manera sabia de vivir. Como el conocimiento de nuestra relación con Dios es personal y único, entonces, en definitiva será nuestra propia conciencia la que nos entregará la respuesta que corresponde a cada uno de nosotros.

Estos temas están asociados al grado de evolución de conciencia que tenemos cada uno de nosotros, que por cierto, son ligeramente diferentes unos de otros.

Depende de la religión de cada uno, de la evolución, del sitial en que se desenvuelve cada uno y cada concepción es diferente: ¿qué es Dios?, ¿cómo explicar en palabras Finitas, un concepto que es Infinito?

Ya que eso no es tarea posible, el místico habla de Dios, como el “Dios de mi Corazón”, porque sabe que cada uno de nosotros tiene, indudablemente, una interpretación de Dios diferente y por lo tanto más satisfactoria a cada cual. La única manera de sentir y comprender a Dios, es por medio del entendimiento interior de nuestro yo psíquico y emocional. El Dios de mi corazón es, indudablemente diferente del Dios de tu corazón y del Dios del corazón de cada persona. El Dios que se crea nuevamente a sí mismo y que se me revela en mi yo interno, es el único Dios de mi corazón que puedo conocer. Él es el Dios de mi corazón, lo mismo que el Dios del universo. Si tú o yo tratamos de adoptar el Dios de la comprensión de otra persona, va a ser más difícil de comprender, que el Dios que vive y palpita y se mueve y tiene su propio ser en nuestra conciencia. Por lo tanto, debemos complementar el Dios de mi corazón con el “Dios de mi comprensión”, porque también es muy importante la comprensión que cada uno de nosotros tiene del tema, que reitero, son ligeramente diferentes.

¿Cómo Dios se crea nuevamente a sí mismo?: En la medida que evolucionamos, vamos ampliando nuestra conciencia y Dios entonces, se manifiesta en una dimensión distinta a la que teníamos antes de evolucionar y por lo tanto nuestra percepción de Ël se hace diferente.

¿Cómo Dios se puede hacer grande o pequeño?: En realidad no es Dios quien se hace grande o pequeño. Somos nosotros quienes -dependiendo del nivel de expansión de nuestra conciencia- lo PERCIBIMOS de una manera diferente, que depende del nivel de conciencia que tengamos asociado.

Por lo tanto, no trato de interpretar a Dios, excepto para decir que es el Supremo Creador, el Gran Arquitecto, el Padre Divino de todas las criaturas, el Creador de lo increado y el Fundador del universo, el Dios de nuestro corazón: omnipotente, omnipresente y omnisciente, el Único Dios que vive eternamente.