domingo, 10 de diciembre de 2006

Somos esencialmente un animal acuático: aprendamos a beber mucha agua

Tiempo de lectura del artículo completo: 4 min 45 seg
El hombre es el resultado de ciertos procesos de evolución que nos ha llevado a lo que somos en la actualidad: un ser dual de funcionamiento controlado e inteligente, con una magnífica combinación de elementos químicos provistos por la Tierra, mantenidos vitalizados por una energía existente en el aire que respiramos. Somos esencialmente un animal acuático –concebido y nacido en agua- que se ha visto forzado a adaptarse a sí mismo para vivir en el aire y que por lo tanto, requiere respirar adecuadamente y una gran cantidad de agua para conservar su salud.

Nuestro peso es mayormente debido a la humedad y agua en el cuerpo, el que producto del trabajo y del esfuerzo físico se está constantemente abatiendo, gastando y renovando partes de sí mismo, por lo que ninguno de nosotros es ahora el mismo cuerpo físico que como era hace algunos años. De hecho, la 80 ava parte del peso total del cuerpo se destruye cada día. Este gasto y disipación debe ser reemplazado, razón por la cual comemos y bebemos. El ser externo del hombre es una estructura terrenal, material, cambiando constantemente a través del alimento ingerido y el agua que bebemos

El cuerpo físico está compuesto de elementos químicos de la Tierra que entran al sistema en forma de alimento y agua, al que si le falta un determinado elemento químico necesario, disminuirá su condición normal. Todas las partes del cuerpo humano necesitan ciertos elementos para la producción y circulación de la sangre, la formación de grasa, los nervios, los músculos, los tejidos, los huesos, el cabello, etc. Ninguno de esos elementos químicos pueden ser eliminados, sin que se vean afectadas algunas de estas partes del cuerpo.

Una de las necesidades más importantes de la vida es conservar la salud y evitar la enfermedad. Cada vez que se enferma una parte cualquiera del cuerpo, tendremos sólo la manifestación externa de algo anormal que ocurre dentro. La enfermedad, el dolor y el padecimiento que se sienten en el cuerpo físico, son precisamente el último estado de lo que ha estado sucediendo previamente.

La verdad es que si el alimento que comemos es inadecuado y la digestión incorrecta -¿porqué no nos damos el tiempo necesario para aprender a comer y beber correctamente?....- entonces el funcionamiento del hígado y las glándulas también serán inadecuados y todo el sistema sanguíneo también estará mal, porque la corriente sanguínea se fabrica de los alimentos y líquidos que ingerimos en el cuerpo y es producida por funcionamiento del hígado y las glándulas.

En lo cotidiano, cometemos tres errores fundamentales en nuestra forma de vida: a)No comemos los alimentos apropiados, b) No hacemos ejercicio, y c) No ayudamos a arrojar la apropiada cantidad de materia inútil cada día

Como ya lo hemos repetido –y a modo de ser tildado reiterativo- nuestro cuerpo puede mantenerse perfectamente normal si es que comemos, bebemos, respiramos, hacemos ejercicios, dormimos y pensamos adecuadamente. Si no nos damos el tiempo necesario para hacer ejercicios y una respiración apropiada, NO podremos vivir la vida normalmente. Debemos dar especial importancia –de una vez por todas- a los poderes curativos y constructivos que la naturaleza nos ha brindado inherentes de nuestro cuerpo, y que están constantemente en guerra con las enfermedades, luchando con las alergias, destruyendo gérmenes o construyendo tejidos nuevos.

El agua es esencial
Una de las cosas que más ayuda a conservar el funcionamiento normal del estómago, del hígado, del bazo, de los intestinos, de la vejiga y de los riñones, es tomar diariamente mucha agua (aproximadamente entre 1 y 2 litros, dependiendo de la contextura de las personas), pero no como parte de las comidas -porque mucho líquido diluye los jugos digestivos- sino que entre las comidas para proveer humedad adicional para refrescar y limpiar internamente el cuerpo.

El agua en el cuerpo -en cada célula- debe ser cambiada constantemente, por lo que para reponerla, se debe ingerir más agua. Cada 24 hrs. existe una cierta cantidad de transpiración natural y normal, que es el resultado del cambio de humedad. Cada poro de la epidermis es un respiradero para respirar aire y también exhalar humedad transpirando

La falta de agua en su sistema y en su cuerpo constituye una de las causas fundamentales para que se desarrollen muchas formas de enfermedad y anormalidad. Si diariamente bebemos la adecuada cantidad de agua, nos ayudará también a lavar y limpiar el interior del cuerpo.
Nos aseamos diariamente sólo para mantener el cuerpo limpio por fuera y........ ¿QUÉ DE LA LIMPIEZA DE NUESTRA PARTE INTERIOR?

Comencemos el día bebiendo un vaso de agua –normal, de la llave- en ayunas, prosigamos con un vaso justo antes de cada comida y otro entre las comidas (media mañana y media tarde), para finalizar con otro vaso de agua antes de acostarnos.